A menudo me gusta enfrentarme a mis propias contradicciones para hurgar en su origen y conocerme mejor. En esa introspección sistemática me doy cuenta de que busco en lo más complejo la simplicidad y en lo más simple lo más complejo. Me tomo la vida tan en serio que siempre me estoy riendo de todo. Lo que más risa me produce son mis propias fobias y mis propias filias. Inclusive, en ocasiones, me han llamado la atención por ser como soy y no parecerme a quién la gente pretende que me parezca. Mi sentido del humor, mi manera de afrontar las dificultades, la forma en la que vivo el trabajo, mi minimalismo visceral a la hora de interpretar las situaciones más inverosímiles, ese empeño exacerbado por convertir lo imposible en posible y tratar continuamente de abrir puertas y superar límites. Fíjense ustedes, ya qué, quizás, sea ahí donde mi contradicción se pueda confundir con la arrogancia y, mi forma de ser, chocar, como un tren en marcha, contra el inmovilismo de mucha gente.
Me exijo cosas tan dispares como abrir veinte mercados nuevos en tres años. Escribir una novela que nunca termina. Mantener un blog donde la gente entra a buscar no sé qué. Plantar todos los años varios árboles. Reciclar todo lo que entra en casa. Comprar el café de Intermón. Empatizar hasta con los que no me pueden ver. Leer varios libros al año y cada uno de ellos de un autor diferente y de un país distinto. Me exijo no cambiar mientras me paso la vida cambiando. Me exijo, me exijo, me exijo, me exijo y me exijo, disfrutando cada vez de retos más complejos para hacerlos sencillos y así convencerme a mí mismo de que mi contradicción no es tal cosa. Que tan sólo es mi forma de ser. Que cada uno es como es y que cada quién es cada cual. ¿Habrá algo más maravilloso que la diversidad? ¿Habrá algo más hermoso que la autoexigencia?
¿A qué no me entienden, o sí?...Pues ya ven. A eso me refería con lo de las contradicciones.
En muchas cosas de las que has dicho tienes razon, pero sobre todo en una, "La gente es como es", de todas formas yo coincido contigo en la exigencia, yo creo que si dia a dia, no somos capaces de exigirnos metas, la vida en si es muy monotona, no hay mayor placer en esta vida que vencer o superar esas exigencias, sentirte vivo y a gusto contigo mismo y con lo que haces. Ah por cierto, en esa foto que has puesto con tus zapatillas, la alfombra que tienes es como la de mi CT, "Albinegra". Gracias y salu2.
ResponderEliminarYo cada vez me exijo menos y me concedo más tranquilidad, pero algunas de tus exigencias las comparto, creo que tienen mucho que ver con posiciones "idealistas" en la vida...
ResponderEliminarO con los obstáculos que la vida, caprichosamente, nos va imponiendo.
ResponderEliminarTodas las opciones son buenas , siempre que uno sea feliz con lo que hace
ResponderEliminarUAAAUUUUU...
ResponderEliminarclaro que si...si no te exiges es porque no hay metas y las metas son las que te hacen prosperar, cuando consiges una, buscas otra.
un saludo
Marina