La realidad era bien distinta de la que yo imaginaba. Yo ya había observado en él un sinfín de justificaciones y prejuicios que me generaban inquietud. Estoy pasando por un mal momento -me dijo. Y yo me lo creí. No sé por qué, pero siempre tiendo a ver las cosas de la manera más optimista y, al final, me llegan los desengaños. Los que actuamos siempre desde la buena fe chocamos con demasiada frecuencia con gente sin escrúpulos que no sienten el más mínimo remordimiento por las consecuencias de lo que hacen o de lo que dejan de hacer.
Cuando él me dijo que lo ayudara, yo le creí. Pensé que lo decía desde la sinceridad y me puse manos a la obra. Siempre he tenido la necesidad de ayudar a los demás, aún a sabiendas de que, en muchas ocasiones, la gente que te pide ayuda lo hace para reafirmarse, y demostrarle al mundo que ni con tu ayuda, esos planteamientos, o esos objetivos, se pueden alcanzar.
Como decía, yo lo apoyé. Le dediqué todo mi tiempo y mi conocimiento. Le hice participe de nuestras fortalezas y de nuestras debilidades. Le facilité opciones más favorables que a otros compañeros para impulsarlo hacia adelante. Y todo para que él, al final, se dedicara mucho más tiempo a desgastar la tapicería de su sofá y a sembrar dudas sobre nuestros planteamientos al resto de compañeros.
Luego, para su defensa, proclamó a los cuatro vientos que él, en todo momento, había seguido las pautas que yo había establecido, pero que ni con esas. Por tanto, por haberme dejado la piel para sacarlo de su lamentable situación, yo mismo me encontraba inmerso en un tremendo barrizal.
Entonces tuve que tomar la determinación que a priori tenía que haber tomado si hubiera dejado los sentimientos al margen y hubiera valorado los datos de una manera mucho más objetiva de lo que lo hice.
No hay nada más peligroso que acercarse a alguien que se está ahogando. Y él, por desgracia, hacía mucho tiempo que se estaba ahogando en sus propias miserias.
De los errores siempre se aprende, pero hay que ver cuánto nos cuesta...
Los errores siempre te hacen aprender en mayor o memor medida, y como se suele decir nadie escarmienta por cabeza agena, es uno el que se equivoca, el que debe aprender de su propio error.
ResponderEliminarFeliz día, nosotros hoy estamos de cumpleaños en nuestro blog, pasate a celebrarlo, la fiesta no decaerá en todo el dia
:)
Muchas veces simplemente el único deseo que se tiene es renunciar a todo, no luchar más por causas que antes de abrir los ojos en la mañana ya las consideramos pérdidas, y otras tantas quizás no presenciamos crónicas de una muerte anunciada simplemente estamos asistiendo de plano al funeral.........excelente amigo.
ResponderEliminarSe aprende de los errores pero la decepción duele mucho.
ResponderEliminarY creo que hay que ser agradecidos.
Feliz día.
Un abrazo
Te entiendo perfectamente, esa clase de gente tiende a encontrar a uno como tú o como yo.....tienen esa facilidad y luego sacan el aguijón!
ResponderEliminarPero uno aprende, te aseguro que para la otra irás con más precaución, porque uno es testarudo y piensa que sólo fue ese en un millón, aunque con cuidado pero se vuelve uno a ver en esa situación....ojo mucho ono!
saludos =)))
PD: te debo la receta! jajaja
Tienes razón y no olvides nunca
ResponderEliminarNos cuesta aprender, nos cuesta
ResponderEliminarDa mucha rabia prestar ayuda y que te tomen por el pito del sereno.
ResponderEliminarSalu2.
la lectura de hoy me hizo recordar una reflexión,no la recuerdo exactamente como es, pero es acerca de un alacrán que quería pasar al otro lado del río, y una rana era la única que podía ayudarlo,el alacrán le pidío que lo ayudara a cruzar el río,la rana se negaba pero el alacrán le decía que no la picaría,y así hasta que la convenció, la rana muy feliz lo llevo al otro lado,y cuando llegaron el alacrán pico a la pobre rana y murió,aveces uno tiene ese sentimiento de ayuda;aun sabiendo que nos pueden hacer daño,el alacrán no quería lastimar a la ranita pero su propio instinto lo traiciono . uno tiene que analizar,aveces la gente no avanza por nadar en su propio veneno, y por mas que las quieras ayudar, su instinto los traiciona y acabas por destruirte tu.
ResponderEliminarEsta claro que de los errores siempre recibimos una gran leccion.
ResponderEliminarAbrazo jfbmurcia
Fina
Los sentimientos son los que son, pero también ļos datos son ĺos que son .
ResponderEliminarLos que dirigimos somos muy pacientes en contra de lo que piensa el ahogado
Solemos pensar más con el corazón que desde la objetividad.
ResponderEliminarEn esto de aprender siempre suspendo y más si se trata de personas cuantos palos...
ResponderEliminarBesos
Que eso no te acongoje. Y menos que te haga cambiar. Cada uno tiene su esencia y allí una muestra. Recuerda que lo que damos, lo recibimos. Él mostrò su cara real y a ti siempre te irá bien. La vida todo compensa, aunque pasen tramposos por nuestro camino. Que eso nunca te amargue, ni te haga egoísta. Una experiencia mala, por muchas buenas, verás. Tú solo elévate.
ResponderEliminarUn abrazo.