El mundo. ¿Qué es el mundo? —Se preguntaba un joven Leonardo mientras, atrapado entre la negrura de la noche, rastreaba desde su ventana la previsible trayectoria de una estrella fugaz. El mundo es sólo nuestro —se respondía— Único. Irrepetible. Irremediable. Irredimible. El mundo es sólo nuestro porque no hay dos mundos iguales como tampoco hay dos personas idénticas para interpretarlo. La tierra es un gran ser vivo y nosotros no somos nada más que una parte ínfima de su colosal cuerpo. Tal vez, quién dice que no, el mundo sea como una gran cebolla cuyas capas están formadas por miles de millones de vidas en paralelo. Tan distintas y tan iguales. Mágicamente, todo gira bajo el magnético influjo por el cual nos mantenemos tan unidos como separados. Tan independientes, en apariencia, y tan dependientes, en consecuencia.
Y mientras divagaba sobre lo terrenal y lo espiritual, entre sus ojos y la estrella fugaz se cruzó el vuelo de una lechuza. La sigilosa y nívea rapaz, desde lo alto de un campanario, se abalanzó, voraz, ante el zigzagueante movimiento de un diminuto ratón. El hombre volará; la naturaleza tiene todas las respuestas —se dijo, Leonardo— mientras observaba meticulosamente cada movimiento de sus alas.
Dicho lo cual, el pintor cerró la ventana de aquel palacio que le acogía y se dispuso a entregarse al disfrute de un sueño reparador. Si es que acaso un cerebro tan prodigioso como el suyo se lo permitía.
Seguro que sí.
ResponderEliminarBesos.
El mundo nos pertenece a todos, y todos somos el mundo, pero por desgracia el mundo solo está en manos de los poderosos. A cualquier loco se le pueden cruzar los cables, y acaba con este mundo y el otro.
ResponderEliminarSalud.
Sí...tal vez el mundo sea como una gran cebolla...
ResponderEliminarCuánto más se corta, más se llora
Beso
Único e irrepetible, como el propio Leonardo. Incluso como los que somos del montón.
ResponderEliminarSaludos.
Ya tu lo dijiste:Mágicamente, todo gira bajo el magnético influjo por el cual nos mantenemos tan unidos como separados. Tan independientes, en apariencia, y tan dependientes, en consecuencia. eso es nuestro mundo,aunque aveces el quiera vomitarnos,nos hemos convertido el microbios malignos para el.
ResponderEliminarPocas personas tienen la habilidad de mirar a la naturaleza y descubrir sus secretos.
ResponderEliminarLa mayoría de nosotros solo miramos de aburridos que estamos.
Saludos,
J.
Jfb:
ResponderEliminaryo creo que los humanos somo para la Tierra como ese grano que sale en el labio, como ese picor repentino en medio de la espalda, como la caspa, como un parásito, como la procesionaria de los pinos...
Salu2 ecologistas.
Y en esos sueños seguro que llegarían otras inventivas.
ResponderEliminar:)
Besitos
Muy bueno. Un beso.
ResponderEliminarTodo parece indicar que sí Da Vinci.
ResponderEliminarEstás in crescendo con tus relatos. ¡Bravo!
Abrazo.