El año pasado visité Art Madrid, huyendo del alto coste de las entradas de ARCO, con el afán de deleitarme en la contemplación del arte más actual e innovador. Recorrí pasillos, subí y bajé escaleras, visité los stand de decenas de galerías,´escuché las conversaciones más inverosímiles, hasta que por fin dí, inconscientemente, con la clave que andaba buscando.
En ella descubrí las fuentes en las que bebió Miguel Angel, Leonardo, o quizás también Matisse o Picasso, y sobre todo Botero...
¡Al fin lo entendí! La inspiración es libre y aparece dónde menos te lo esperas.
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