En la República Checa se dice así, no es que lo diga yo. Me tropecé cientos de veces, en tres días, con esta pegatina. La podías encontrar en un buzón de correos, en una papelera, sobre una fachada o en la espalda de algún despistado transeúnte.
Siempre he pensado que la defensa personal es algo muy valioso, pero desconocía totalmente este arte marcial de origen checo: el "Nábor". Como su propio nombre indica, al igual que el kamasutra tiene cientos de posturas para hacer el amor, el "Nábor" tiene infinitas fórmulas para acabar pegando semejante patada en el "nabo-r" del adversario y dejarlo inhábil para el resto de sus días. Se sabe de varios practicantes que, habiendo sufrido algún golpe más fuerte de lo reglamentario, han acabado contando en el coro de la catedral de Praga.
Muchas veces me han dado ganas de adquirir esa habilidad checa, pero debido a mi escasa flexibilidad, similar a la de un cañon de artillería del siglo XVII, he desistido del intento y, cuando surge un conflicto donde la fuerza bruta tiene que hacer acto de presencia, utilizo esta para poner pies en polvorosa.
Si van a Praga, por si las moscas, pónganse sobre sus atributos varoniles un protector tipo "huevera", los pueden adquirir en tiendas de deportes especializadas en hockey o fútbol americano. Nunca se sabe.
o bien podrias sugerir lo contrario a quienes sueñan con llegar a cantar minimo en el coro de la iglesia.
ResponderEliminarTus comentarios tan atinados como siempre por eso eres mi autor favorito.