Ahora que toda España está divida entre los que creen en la médium inglesa de Telecinco y los que no, es el momento propicio para que declare públicamente que, desde bien pequeñito, veo muertos.
Veo y oigo muertos por todos lados, que ocupan un puesto, que comen, que deambulan, que defecan y que, haciéndose el muerto, incluso hasta llegan a morirse.
Recapitularé mejor para que se me entienda. Según mi teoría, hay vivos que viven como muertos, y al parecer, hay muertos que se hacen pasar por vivos. Mal enterrados es lo que están, como diría el sepulturero de mi pueblo.
De hecho, España tiene un cadáver como Presidente y una momia como líder de la oposición, por lo que el país entero esta de luto. La gran España, por unos y por otros, se ha convertido en un gran velorio.
El primer muerto que me encontré fue un hombre montado a caballo que se asomaba cada noche a mi cuarto antes de dormirme. Según escuché en alguna ocasión, a este también lo veía mi abuelo. El caballero me saludaba, el caballo relinchaba y salían al galope tendido poniendo pies en polvorosa. Luego, más adelante, veía cada noche a una señora jorobada. Al parecer, era una prima de mi abuela que siempre pasaba por el pasillo de la casa con un orinal en la mano, no decía nada, en vida siempre fue una mujer parca en palabras. El caso más reciente, lo vivo a menudo en el retrete de mi empresa cuando me encuentro apretando, veo a cuatro pequeñajos, que se burlan de mí gritándome: ¡cagón, cagón, cagón!.
No me da miedo, pero me resulta molesto saber que no tengo intimidad.
Cuando menos me lo espero, ¡zas! por allí asoman y, la verdad, me resulta muy molesto.
Ver muertos se ha puesto de moda. Nos han reventado con libros y películas de vampiros, de zombis, de muertos andarines y toda esa vaina. Todo esto no es fortuito, es una maniobra perfectamente orquestada para que, llevando nuestra atención hacia los muertos, no nos demos cuenta de la que nos está cayendo encima a los que seguimos vivos.
En la fotografía, les muestro a un grupo de legionarios romanos, a los que les ha dado, cada noche, por venir a sentarse a esa mesa. Se pegan unas comilonas de campeonato, de hecho, en la foto, como se puede apreciar, se están comiendo un jabalí asado con papas.
Esto de ver muertos es un lío.
Lo unico cierto jose, es que hoy en dia ni los muertos estan bien muertos y a los vivos les gusta jugar a estar bien muertos.
ResponderEliminarPero lo mas curioso todos juntitos seguimos en este agonizante mundo.
Un consejo, no bebas antes de acostarte nada que contenga mas de 3 grados de alcohol.
ResponderEliminarOtra cosa, me extraña que los romanos coman papas, bien sabes tu por tus viajes al extranjero que las papas las trajeron del otro lado del charco, no son papas son palitos de berenjenas caramelizadas al aroma del eneldo añejo.
Efectivamente, Darío tenías razón esta noche me fijé y no eran papas eran nabos y chirivias.
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