El fin del mundo se acerca. Nos quedan cuatro siestas. Disfruten todo cuanto puedan. Por enésima vez una profecía nos anuncia que el cielo y la tierra se juntarán. Se liará un guirigay de mil demonios. Guapos, feos, arquitectos, ingenieros, albañiles y labradores: todos nos iremos al carajo y chimpún.
La nueva fecha fatídica será diciembre de 2012. Al parecer, según fuentes bien informadas, tan solo una montaña sagrada para los Cátaros, situada al sur de Francia, y un pueblo que hay en sus estribaciones, llamado Bugarach, se salvarán de la hecatombe final.
Por lo tanto, escasos lectores, tenemos que planificar muy bien qué vamos a hacer los próximos y últimos meses de nuestra existencia, para dejarlo todo hecho y disfrutado, antes de que vengan a pasarnos la factura desde el más allá.
Tengo que reconocer que el fin del mundo me aterraba desde pequeño. Escuchaba de invasiones extraterrestres, de mareas que inundarían todo, de mercados despiadados, de un Dios todopoderoso que vendría a ponernos en nuestro sitio por ser todos unos pecadores de la pradera y unos especuladores.
Esto del fin del mundo me recuerda mucho al cuento del lobo: ¡Qué viene el lobo! ¡Qué viene el lobo! De tanta publicidad, ya nadie se lo cree.
Nuevamente, se anuncia otro final. Los habitantes de Bugarach serán los afortunados que se librarán de esa muerte horrible. Posteriormente, según parece, serán los llamados a reproducirse de manera bestial para repoblar la Tierra.
Se sabe de varios machos ibéricos que, en un heroico intento por conseguir que nuestros ancestrales genes no sucumban, se han empadronado en esa pequeña población francesa y se han sometido a una dieta rica en calcio y fósforo. Se preparan, con valentía y rigor, para lo peor, a sabiendas de que, si en enero de 2013 siguen vivos, posiblemente les temblarán las piernas.
¡Pobrecitos!
En la foto, vemos al Cristo de Monteagudo. Al parecer, algunos de los machos reproductores, antes de salir de Murcia hasta Bugarach, han subido de rodillas a rogarle al santo. ¡Suerte, muchachos!
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ResponderEliminarSi bien, seria una fortuna ser el unico pueblo que se libraria de tan brutal extincion, màs afortunados son todos los llamados a salvar sin mayores reparos la raza humana y de seguro que en cabezarias la lista de semantales valientes dispuestos a terminar mas secos que un pozo en el desierto, todo en pro de sembrar por el mundo semillitas tuyas y si no se acaba el mundo pues que importa total de seguro que tu igualmente dispuesto todo en pro de la salvacion de la especie humana. Bien por ti Josema.
ResponderEliminarbueno si es el fin del mundo, por logica nadie se salvara porque todo sera devastado, asi q aunque construyeron esa lugar no creo q se salven, pq el fin llega sin aviso, no toca atu puerta para avisarte, creo yo.
ResponderEliminarsiempre tiene que venir el típico sabelotodo creyendo que su comentario es el mas lógico "si es el fin del mundo, por lógica nadie se salvara porque todo será devastad" poooh ya taaa gente como usted y el mundo en crisis quien iba a decirlo
EliminarYo no me creo nada de nada del fin del mundo, la verdad.... entonces, lo de Madrid 2016 o 2020.... k? Anda... que creer en estas cosas....
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