domingo, 5 de diciembre de 2010

Pastillas contra el dolor ajeno


Esta tarde he ido a una farmacia. No sé en qué iría yo pensando, que al llegar al mostrador le he pedido una viagra a la manceba. La chica, sorprendida, me ha preguntado de nuevo como haciéndose la despistada:

-Perdón, caballero, ¿qué me ha pedido?

-Un frasco de sal de frutas Eno, de naranja, si puede ser- le dije muy serio.

-Ahora mismo. Algo más necesita, dijo la chica de la bata impecable.

En ese preciso momento de la conversación es cuando me fijé en la cajita roja. El lema ya lo había escuchado en la radio o en la televisión. "Pastillas contra el dolor ajeno" una preciosa campaña de Médicos Sin Fronteras: http://www.pastillascontraeldolorajeno.com/

Por un euro colaboras en dar tratamiento a tres niños enfermos de malaria. He pensado en la cantidad de dinero absurdo que nos gastamos cada día y he confeccionado esta lista:

Con diez euros hay quien limpia el coche una vez a la semana, luego en ocasiones, esta gente es la misma que tira los botes de refresco por la ventanilla, o disimuladamente vacía el cenicero en el suelo del parking del centro comercial (suele coincidir también que la mayoría de estos limpiacoches de fin de semana, en su casa, no dan un palo al agua).

Con cuatro euros hay quien compra un paquete de tabaco, o incluso dos, cada día, pero en ese caso se gasta ocho eurazos. El único beneficio que se le conoce al tabaco, al margen de hacer ricos a los tabaqueros, es el beneficio que les produce a las industrias farmacéuticas y a las funerarias.

Hay quien se toma uno o dos cubatas al día, a razón de cinco o seis euros, vayan ustedes mismos haciendo la cuenta.

En comida para el perro al día pues otros dos o tres eurazos, dependiendo de la marca de las croquetas. En prensa deportiva otro eurazo al día. Unas cañitas con los amigos, pongamos que salimos a diez euros por barba.

En llamadas por el teléfono móvil para nada importante, nos gastamos una media mensual de diez o quince euros per cápita.

Así podría seguir, pero no quiero ofender más, ni aburrir, a mis escasísimos lectores. Lo único que quería demostrar es que colaborar en esta campaña está al alcance de todos, y más que una posibilidad, lo deberíamos de contemplar como una obligación.

Vaya desde aquí mi reconocimiento a esta gran organización.

1 comentario:

  1. Quizas un nombre mas apropiado para esta campaña, de haberse desarollado en mi pais, seria "Una vacuna contra la indiferencia ajena" la verdad sea dicha de paso son millones los que se gastan en publicidad para despertar la solidaridad momentanea o navideña y despues volvemos cada uno a meter la cabeza en la arena como la avestruz.

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