El personaje es lo de menos. Lo importante es que sepan ustedes que existe un personaje ya sea este de ficción o inspirado en la cruda realidad. En el caso que nos atañe el personaje existe, y está aquí, a mi izquierda. Ahora duerme agarrado con ambas manos a su riñonera. En Holanda, por lo visto, aún se usan esos artilugios a caballo entre el bolso de mano y el cinturón. Su corte de pelo es al uno. El bigote clásico y canoso. Sus gafas, de ver, son de Carrera. La papada, sin paliativos, de obispo. Lo colorado de su nariz dice tanto del estado de su hígado como de sus constantes inversiones en vodka, ginebra y similares.
Juraría que él, y sus ronquidos, son nativos de la mismísima Holanda. Su esposa, que viaja a su lado, es de origen asiático, o de los alrededores, y de ella solo destacarles que me han impresionado sus enormes manos, como de carnicera. Cada guantazo suyo debía de ser festejado efusivamente por los dentistas de Amsterdam.
Ninguno de los dos ha consumido nada mientras yo me he zampado un sándwich vegetal como un vegano de pro. Las azafatas lucen un pañuelo color verde vegano al cuello como manda el libro de procedimientos de Transavia; una compañía holandesa que hoy me acoge.
Me van a permitir que le ponga nombre a nuestro jubilado holandés, ya qué, aún a riesgo de equivocarme, ¡y qué más da si me equivoco!, jugaría que es un prejubilado de la banca. En Holanda son mucho de bancos, de quesos y de flores. (Sí…también de marihuana, que sé que lo están pensando) Yo creo que Matheus —me gusta el nombre de Matheus para mi durmiente y jubilado personaje—ha sido más de contar florines que de cortar tulipanes. Su esposa, que no dice ni mu, luce un bolsito más tradicional y un sencillo teléfono Samsung Galaxia A5. La clave de acceso a su teléfono, y a su privacidad, es la 4242 lo que evidencia una mente previsible y demuestra que aún conservo algo de vista.
El marido sigue durmiendo como un bendito, mientras su esposa ojea las fotografías de sus idílicas vacaciones en Benidorm. Benidorm tiene de idílico lo que yo de candidato al Cervantes. Como ven, los personajes son lo de menos. Lo que necesitaba era una excusa para escribir. Cuando urge la cosa literaria, cualquier personaje es válido. No quiero con esto que me malinterpreten, Matheus no es un personaje cualquiera. Con toda probabilidad, o al menos con algo de probabilidad —no vayamos tampoco ahora a exagerar—, mi jubilado de la banca podría ser el creador del concepto Fresh Banking, que es a los bancos lo que el pescado fresco al Mercadona.
Menudo personaje este Matheus. Qué buen hombre ha dado al mundo la tierra de los quesos de bola y de la naranja mecánica. Y su señora qué maja. Con su Samsung repleto de historias de buffet, y de música pachín pachán, y de mercadillo de Benidorm.
Hay qué ver lo que duerme este bendito… ¿Mira que si fuera el cuñado de Johan Cruyff?.
He creído que ibas a hablar de Johan Neesken, auténtico cuñado de Johan Cruyff y excelente futbolista. También jugó en el Barcelona.
ResponderEliminarEsas riñoneras me resultaban muy cómodas para los viajes, pero ahora si las llevas te miran con cara de que vienes de la Edad Media.
Un saludo.
He llegado hasta aquí por casualidad y me has alegrado el día, muy buenas las historias que nos cuentas. Gracias
ResponderEliminarMuy interesante personaje. Besitos.
ResponderEliminar¿Quién es el tal Johan Cruyff?
ResponderEliminarSaludos,
J.