viernes, 21 de diciembre de 2012

Benditos clientes


En muchas ocasiones, los que nos dedicamos a algún tipo de actividad comercial, nos obcecamos en nuestra rutina, nuestros problemas y nuestras necesidades y dejamos de lado el objetivo prioritario de nuestros negocios, que no es otro que satisfacer a los clientes. 
Nuestros clientes -si es que fueran nuestros- nos buscan por todo aquello que les aportamos y que nos diferencia de nuestra competencia. Eso, a estas alturas, no es ningún descubrimiento pero sí lleva intrínseco el mensaje de que si no somos capaces de aportar valor a nuestra relación con ellos, está irá perdiendo todo su sentido y los clientes, poco a poco, se irán a buscar otras opciones que les sean más ventajosas y atractivas.
El trato al cliente es casi una religión. Desde que entra por la puerta de nuestro negocio, hasta que se marcha y, ahora, gracias a las nuevas tecnologías, incluso cuando está cómodamente sentado en casa, tiene que estar recibiendo, por nuestra parte, mensajes que sirvan para consolidar y aportar valor y credibilidad a esa vinculación emocional que les une a nosotros.
Los pequeños detalles marcan las grandes diferencias. Si obviamos esos detalles estamos disminuyendo valor y estamos convirtiendo esa visita del cliente en algo rutinario. 
Detalles tan obvios como la temperatura de nuestro negocio, la limpieza, la iluminación, el orden, el nivel adecuado de la música, nuestra uniformidad, nuestro rigor profesional y, lo que es más importante y totalmente gratuito: nuestra sonrisa, en multitud de ocasiones escasean o simplemente no forman parte de la cultura de muchos millones de negocios. Sin duda, esos negocios mediocres que abundan por todos lados, representan para nosotros una gran oportunidad de crecimiento.
Los mejores negocios de cada ciudad lo son por organizar su trabajo diario por y para sus clientes. Consiguen hacer de cada una de sus visitas una experiencia inolvidable; una experiencia en la que se sienten importantes y protagonistas, una experiencia en la que, en definitiva, alcancen a entender y valorar el sentido, la motivación y la calidad que se les ofrece.
Siempre que trabajemos con pasión conseguiremos apasionar a nuestros clientes.
Las personas somos emociones. A todos nos encanta la pasión.
¡Benditos clientes!

1 comentario:

  1. Nuestros clientes son los que nos hacen ser mejores cada dia y sentirnos orgullosos de nuestro trabajo.

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