lunes, 26 de agosto de 2013

Conversaciones con mi planta carnívora XI


Cuando sonó el despertador ya hacía rato que me encontraba despierto. Al levantarme de la cama, bajé a la cocina a tomar un zumo de naranja. Sin saber por qué, no pude de dejar de fijarme, obsesivamente, en el tono plomizo de mi suelo de cemento. Me parecía más intenso que otras veces. El sabor del jugo también me supo más amargo que de costumbre. Eché en falta el sonido tan característico de la bandada de abejarucos que me acompañaba este verano, durante cada desayuno, a modo de banda sonora. Las cigarras, sin embargo, chillaban de manera insoportable, como nunca antes habían hecho a esa hora tan temprana. Todo eso me resultó extraño. Dicen que cuando las cigarras chillan tan fuerte anuncian tormenta.
De ese modo, y antes de irme al trabajo, decidí saludar a Carní.

-¡Buenos días, Carni! ¿Cómo has pasado la noche? -le pregunté.

No obtuve respuesta alguna. Miré alrededor por si Carni hubiera detectado la presencia de alguien, pero allí tan sólo estábamos ella y yo.

-¿Por qué no me hablas, estás enfadada conmigo por lo de ayer, verdad? -le dije siendo consciente de que mis carcajadas podían haberla hundido en la miseria.

Ella seguía sin articular palabra alguna.

-¿Es por eso, a qué sí? No te sentó nada bien que me sorprendiera cuando comparaste nuestra relación con un amor de verano. Pero, entiéndeme Carni, eso no sólo es imposible, ¡es una locura!, tanto o más como tus deseos hacía esos pepinos de mar. Las fantasías son sólo eso: fantasías, y cuando te acercas demasiado a ellas te sueles desengañar. Pero yo te apreció mucho, amiga. Estoy pensando en llevarte a mi oficina, creo que no le vendría mal un toque natural como el que tú le puedes aportar. ¿Te parece bien?

Carni parecía no inmutarse. Al mirarla sentía la misma percepción que cuando miraba a la albahaca o la hierbabuena: nada de nada.

-Te lo ruego, Carni. Perdona que me riera ayer, pero me resultó muy gracioso, no lo pude evitar. He de reconocer que hace mucho tiempo que nadie se enamoraba de mi y me pillaste desentrenado. Pero podemos seguir siendo amigos, ¿No te parece?

Mi planta seguía muda. Para intentar motivarla la regué. Le cacé dos moscardones peludos de ojos saltones y los deposité en sus vasos más vistosos. La puse en un lugar más fresco y le seguí rogando durante un buen rato que me hablara. Nada de nada.
Y fue en el coche, de camino a mi reunión, cuando entendí ese mensaje mudo. Entre Carni y yo todo había acabado, al igual que habían acabado mis vacaciones. Como bien dijo ella, días atrás, hay cosas que sólo tienen cabida en ese tiempo de sueños que son las vacaciones.
Carni ya no me volverá a hablar y este inmejorable verano no se volverá a repetir.

6 comentarios:

  1. Hay Carni hoy que has tomado la decisión de acallar tu voz, tu ausencia se hace más acida, más punzante y los que extrañaremos tus cuestionamientos filosoficos solo podemos decirte "HASTA SIEMPRE CARNI"

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  2. Carni si esa es tu decisión de no hablar más ok. Extrañare tu ausencia y tus cuestionamientos tan escolásticos. Me hizo reír mucho, también me gusto la desnudes de tu alma. Ahora solo me queda decirte “ADIOS CARNI!

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  3. Amor de verano.....ya se terminó.....!fue un placer conocer a carni.

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  4. Kathy, Cecilia y Soñadora, muchas gracias por vuestros comentarios. Se los trasladaré a Carni aunque se haga la sorda.

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  5. Por lo que veo, tan sólo a callado , no a muerto ,creo que aún tiene mucho que decir

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  6. No tengo todavia claro si carni volvera o no a tu vida, pero si ke ha sido como ella decía, una historia de verano, mejor o peor pero una entretenida historia veraniega. En la cual seguro ke a algunos ha desnudado con sus celebres y divertidas preguntas y respuestas. Hasta siempre Carni.... Saludos desde CT.....

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