martes, 6 de agosto de 2013

Conversaciones con mi planta carnívora IV


-Sabes qué te digo, Pepe: Ese dibujito que me has hecho no me gusta nada de nada. ¿Nadie te ha dicho nunca que lo tuyo no es el dibujo? -Me soltó de sopetón.
Este fue el recibimiento que Carni me hizo esta mañana nada más comprobar que ya nos habíamos vuelto a quedar solos, por un rato, en la casa.
-No dibujo para competir con nadie, amiga. Lo hago porque me gusta pintar con el paint y, luego, me resulta muy cómodo usar esos archivos como ilustraciones en algunos de mis relatos -le expliqué.
-Y nadie te ha dicho que tus relatos tampoco valen mucho. O no se atreven a decírtelo a la cara.
-Lo mismo te digo. Hoy te siento especialmente carnívora, eh.¿No has comido bien? ¿Quieres algún insecto en especial para ver si se te calma tu malhumor por un rato? -le propuse.
-¿Acaso pretendes comprarme con una triste mosca peluda? ¿Intentas atenuar mis críticas a base de darme cuatro bichos y, si me descuido, hasta con cloro en pastillas de Mercadona? -me recriminó.
-Anda que me vas a echar poco en cara lo del otro día. Te prometo que no tenía ni idea de que eso te fuera a causar un problema. Pero tú, erre que erre, me lo vas a estar restregando todo el verano por los morros, por lo que veo.

Tras esta primera disputa, se hizo un silencio tenso entre los dos, cosa que aproveché para hacerme un cortado, pese que hacía poco que había desayunado; pero es que tengo que reconocer que el café es uno de mis pequeños vicios y más si es de Intermón y me lo preparo yo con mi vieja cafetera Saeco. Para mi gusto, el secreto está en calentar al máximo el cacillo, apretar bien el café, poner la cantidad adecuada de leche caliente y terminarlo todo con una cucharadita de miel. 

-¿Tomar tanto café no te pone nervioso? -me preguntó Carni con la intención de reanudar la conversación.
-Pues, si te digo la verdad, eso me relaja. De joven tomé tanto café que ahora tomarme tres o cuatro cafés durante todo el día no me produce otra cosa que relajación. Creo que me aporta una sensación similar como al que se fuma un cigarrillo -le confesé.
-¿Tú antes fumabas? -me preguntó al instante.
-No. Nunca he fumado. Siempre lo vi como algo que no me aportaba nada -le comenté.
-Entonces: ¿Cómo haces esa comparación si tú nunca has fumado? -me preguntó nuevamente con ese tonillo indecoroso que tanto me disgusta de ella.
-Tienes razón Carni, yo nunca he fumado pero los fumadores dicen que se relajan cuando fuman, de hecho, muchos fuman para eso... para relajarse.
-¿Y por qué los humanos siempre andáis tan estresados y con tanta necesidad de relajaros? -me preguntó de forma incisiva mi planta carnívora.
-¿Y por qué las plantas carnívoras sois tan preguntonas y malhumoradas? le dije respondiendo a la gallega.

Tras un rato de silencio, en el que me pareció que una avispa se colaba por uno de sus vasos más antiguos, ella me respondió.

-Creo que escuché a una vieja planta del vivero decir que las plantas carnívoras tenemos malas pulgas por una cuestión de ph. Los bichos, al descomponerse, segregan diversas toxinas que hacen que el agua de nuestros vasos se llene de amoniaco y esto provoca que se nos agrie el carácter y estemos siempre con un humor de mil demonios. Pero dejemos de hablar de mi carácter...
¿Cómo llevas el libro del murciano Carlos del Amor? ¿Lo estás disfrutando o no?
-Claro que sí. Aunque ya me ha hecho llorar varias veces. Me está gustando tanto el libro que estoy intentando dosificar sus relatos para que me dure más. La verdad, he de reconocer que siento mucho envidia de lo fácil y bonito que escribe mi paisano. Como bien decías antes: aún me queda mucho por aprender en este difícil arte de escribir -le respondí.
-Tú, no pierdas la esperanza, Pepe. El que la sigue la consigue. Por cierto, antes de irte podrías rociarme un poquito con el pulverizador, por favor.
-Pluff, pluff, pluff: ¿Ya estás fresquita?
-Sí, muchas gracias guapo.

Con ese primerizo piropo, terminó esta cuarta conversación en la que intuyo que nuestra relación se va afianzando poco a poco. ¿Qué dará de sí, en este verano, esta inaudita amistad?


3 comentarios:

  1. Esa carni..muy directa,por cierto....pareciera...yo le llamaría....conciencia carnívora.!

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  2. No hay nada como la autocrítica ,y en esas conversaciones de besugos que mantenemos con nosotros mismos para sacar una buena conclusión

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  3. Carni ya no es que sea directa, sino que en algunas conversaciones es hasta muy reveladora, no se corta un pelo, pero efectivamente lo ke va haciendo sutilmente es desnudarte poco a poco. Buenos relatos, en algunas citas se pueden aplicar a uno mismo. Saludos desde La Azohia.

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