sábado, 19 de julio de 2014

El recio y el flaco


Cuando aquellos dos viejos amigos se bajaron del coche las sensaciones que percibieron uno y otro fueron bien distintas:

El flaco:
-¿Y qué es lo que decías que había que ver en este pueblo?
-El recio:
-Nada, tan sólo lo que queda de él. ¿Te das cuenta del valle tan precioso que lo rodea? Lástima que lo estén expoliando de ese modo. Mira allí, de esa casa ya han arrancado hasta los marcos de las ventanas. Aquella de allí la han dejado sin tejas. Yo creo que hasta los cuatro o cinco ancianos que aún no han decidido marcharse de aquí corren demasiado peligro.
-El flaco:
Yo creo que aquí ya no hay nada que hacer. Además, esta aldea está muy alejada de la carretera nacional. Es una isla en medio de la nada.
-El recio:
¿Y, en ese mundo de tensiones en el que hoy vivimos inmersos, no sería fabuloso poder venir a descansar unos días en medio de la nada, en un valle como este, donde el máximo incordio fueran sus cinco ancianitos con sus respectivos perros y gatos?
-El flaco:
Tú sabes bien que la gente quiere bullicio, irse a Benidorm, a Terra Mítica, a sitios de moda para decir que están a la moda y tomarse fotos y subirlas al Facebook para vender su felicidad a los cuatro vientos. Eso es lo que vende.
-El recio:
Ni tu ni yo tenemos dinero para montar un parque temático de cartón piedra. Eso está claro. Pero sí podríamos plantearnos vender todo lo contrario de lo que vende esa gente, con una inversión progresiva, que iríamos ampliando en función de los resultados que fuéramos obteniendo.
-El flaco:
Pero aquí cada casa tiene un propietario, nos perderíamos en negociaciones antes de tener la estructura mínima como para rentabilizar nuestra inversión.
-El recio:
En eso ya había pensado. En este sobre tengo los planos de un solar edificable en el que pondríamos el núcleo principal de los alojamientos. Luego, según se fuera desarrollando todo, comenzaríamos a negociar con los propietarios de las casas más cercanas que estén en venta.
He negociado con las autoridades la cesión del uso, a cambio de su rehabilitación y conservación, de las antiguas instalaciones del colegio. Allí haríamos cursos de cocina, repostería, aulas de arte, manualidades, etc. También tendremos unos terrenos para montar unas cuadras en las que podríamos tener caballos o burros. Los animales siempre son un reclamo para las familias con niños. Pondríamos una piscina, una pequeña pista de futbito, y con eso comenzaríamos el proyecto.
El flaco:
-¿En realidad crees que la gente vendría aquí a pasar un fin de semana?
El recio:
Eso dependerá de nosotros. Estoy seguro que si somos capaces de poner en valor todo el entorno de esta aldea, y creamos las infraestructuras mínimas para acogerlos como se merecen, sí que lo conseguiremos.
El flaco:
Resucitar una aldea como esta es un proyecto demasiado ambicioso. No sé si merecerá la pena tanto esfuerzo.
El recio:
¿Ahora, a tu edad, te da miedo el esfuerzo? 
El flaco:
No, no es eso, no me confundas, es que soy duro para entender las cosas invisibles. Parece que tú las estés viendo ya, y yo, sin embargo, veo los negocios de una forma menos bucólica. Sí veo una tarta, yo sé que la podemos partir en ocho trozos, vendemos el trozo a dos euros y, si todo va bien, podemos conseguir dieciséis. Pero, en este caso, yo ni veo la tarta. A eso me refiero.
El recio:
Pues mira, en este otro sobre tengo las condiciones para conseguir un préstamo ICO y otro con las ayudas de los fondos FEDER de la Comunidad Europea. Creo que este pueblo aún tiene mucho que decir y que aportar a la sociedad. 
El flaco:
¿Y qué es eso tan importante que tiene para aportar?
El recio:
El valor de lo auténtico.
El flaco:
¿Y tú crees que eso vende?
El recio:
En un mundo en el que la mayor parte de la gente hemos perdido la autenticidad, ¿no crees que nos apetezca, de vez en cuando, venir a recuperarla aunque sea por unos días?
-El flaco:
Sabes, llevamos más de veinte años haciendo negocios juntos y nunca me ha ido mal contigo. ¿Cuándo nos reunimos con el asesor?

5 comentarios:

  1. Muy buen relato Pepe, esto es como la vida misma. Hace más el que quiere que el que puede. Desgraciadamente en este mundo que nos esta tocando vivir, las personas tienden a darle mucha más importancia a lo tangible por el simple hecho de verlo y disfrutarlo en el momento que quieran, pero amigo resulta que lo intangible casi siempre es más importante, por que siempre suele estar mejor preparado y consensuado, así es esta vida, por eso hay que estar siempre bien preparados para desarrollar todas esas propuestas intangibles o en su defecto estar rodeado de un buen gurú por llamarlo de otra manera. Salu2.

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  2. Cuesta mucho ver lo invisible, y mucho más hacerlo ver a alguien que sólo es capaz de creer en aquello que puede tocar, no en vano dice mi abuela que no hay peor ciego que el que no quiere ver... Pero el Recio es un máquina, no sólo ha visto la oportunidad de negocio en medio de la nada, sino que se ha adelantado a los contras de su amigo para que este pudiera ver, también, lo invisible... si quieres convencer a alguien de que hay un hombre invisible en la habitación (o una mujer) ponle harina por encima.

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    1. Sí, Carlos, al Recio tendríamos que clonarlo, de esos nos están haciendo mucha falta. Un abrazo.

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