lunes, 14 de noviembre de 2011

Barajas. Vuelos destino a la vida


Barajas, te odio tanto como te amo. Eres el aeropuerto que siempre he soñado, incluso en mis más horribles pesadillas. Eres el punto de partida de donde emanan mis sueños, mis proyecciones, mis dinámicas y mis fracasos. Beneficios o déficit surcan los vuelos desde tus pistas, rumbo a México, Polonia, Francia o Estonia. Perder o ganar. Casi un ser o no ser shakesperiano, en esta crisis donde te la juegas en cada afeitado.
Los trapecistas del comercio saltamos sin red, allí donde nos tiren, rezando a los dioses religiosos o paganos. Lo único que pedimos, casi limosneando es: un cliente nuevo, un pedido más o un contacto bien clasificado. De algún modo, luchamos por ganar una batalla en una guerra incierta contra un ejército que se metamorfosea continuamente como una Hidra de mil cabezas.
Los que subsistamos a esta épica, en la que se ha convertido la vida, seremos los nuevos dioses del Olimpo y las cornetas y las liras tocarán en nuestro honor.
Todo esto escribo desde la T4 de Barajas sin haber consumido psicotrópicos. Me basta con ver a un gentío plural, multiétnico y diverso. Parejas de enamorados junto a supuestos ejecutivos de altos vuelos. Jubilados del Inserso rumbo a Benidorm junto a chinos que inundarán las estanterías de los miles de almacenes de nuestros decrépitos polígonos industriales, antaño productivos y modélicos y ahora convertidos en factorías de telerañas y deudas.
Él, se afana en engullir a las diez de la mañana una hamburguesa doble con queso, con patatas fritas y un refresco de cola de un litro. Ella, frente a él, come una ensalada triste de lechuga fresca y un zumo de naranja natural (que ella no sabe que no es natural). Él sueña con el partido de mañana, España-Costa Rica, y ella con el chico que corre en la cinta de al lado, en su gimnasio, cada mañana.
Barajas cruza vidas. Millones de vidas que luchan. Millones de vidas que disfrutan. Millones de vidas que partirán rumbo a destinos, tan maravillosos como inciertos. Al final, vida. Barajas es mucho más que una aeropuerto, es un enorme vientre de alquiler.

1 comentario:

  1. La hostia Pepe, las esperas de los aeropuertos dan para una novela, la imaginacion se dispara y las ideas que se pasan por la cabeza van desde la mas alta filosofia a los diaparates mas obtusos y oscenos.
    Feliz viaje guapo.

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