jueves, 15 de agosto de 2013

Conversaciones con mi planta carnívora V


-¿Dónde coño te has metido todos estos días, a ver? ¿Qué pretendías, matarme, verdad? Soy una incrédula, eso es lo que soy. Mira que me advirtieron: ¡Lleva mucho cuidado con entablar amistad con los humanos, padecen de una enfermedad que se llama egoísmo. Sólo piensan en ellos y lo demás se la trae floja. Y mira por dónde, a la primera de cambio, con el primer humano que hago amistad me deja tirada. Estos diez días me he sentido como una abuela abandonada en una gasolinera en pleno mes de agosto con cuarenta grados a la sombra.
-Sólo me fui unos días de vacaciones, Carni. Además no dramatices tanto, dejé a una amiga encargada de venir a regarte. Veo que te gusta mucho hacerte la victima.
-Me he sentido muy sola. Me dejaste al lado de la albahaca y de la hierbabuena que desprendían unos olores tan fuertes que me daban ganas de vomitar hasta el primer saltamontes que me comí-me recriminó.
-Pues yo lo hice para agradar y que te sintieras acompañada y reconfortada, pero me estoy dando cuenta de que entenderte a ti es tan difícil como entender la situación de los bancos españoles -le comenté con la intención de ir cambiando de tema.
-¿Adónde has estado todos estos días?.
-Estuve en la Costa Brava, de ahí fuí a Avignon en Francia y luego a Ceret, un pequeño pueblo del pirineo francés que siempre sorprende por las magníficas exposiciones que organiza.
-Me suena todo muy aburrido. A ti te va poco la marcha me parece a mi. Por cierto: ¿de qué era la exposición que fuiste a ver a Ceret? -me preguntó interesada.
-De Miquel Barceló, uno de los grandes artistas del momento, la exposición se titulaba "Terra Ignis". Llevo siguiendo a ese artista desde los años ochenta, y siempre que puedo, voy a ver lo que hace.
-¿Y qué hace ese tío que te gusta tanto? - dime.
-Pues tiene un estilo muy personal. Es agresivo y hasta un tanto violento. Provocador y muy alegórico. Tiene la esencia de otros grandes como Picasso, o Miró o, incluso, Tápies. Todos los artistas tienen referentes, lo quieran reconocer o no. Todos son una continuación de otros. Por eso me gusta tanto el arte, porque es un camino infinito por el que transitar.
-Has venido más filósofo que te fuiste. ¿Te ha dado mucho el sol en la cabeza o qué? - me dijo de forma provocadora.
-Puede ser, Carni. He disfrutado mucho de las pequeñas cosas y he intentado llevar mucho cuidado con el sol.
-Pero, cuéntame: ¿Te gustó la exposición o no?
-Claro que sí. Este tipo los tiene bien puestos. Tiene la mente clara y las manos sueltas. Todo eran cerámicas: tiestos, jarrones, tejas, ladrillos de diferentes formatos, atravesados, sobrepuestos, chafados, deformados, coloreados, dibujados, y sobre ese caos, Miquel Barceló construye un mundo de alegorías con el que  te traslada a su mundo. Sin duda, a mi me llevó a su terreno. Por eso siempre lo admiro. Un artista o te lo dice todo o no te dice absolutamente nada.
-Parece que entiendes mucho de arte -me comentó.
-En realidad, no entiendo de nada, pero disfruto con todo -le contesté.
-Pues amigo, que sea la última vez que te vas de viaje y no me llevas. Advertido quedas.

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