sábado, 31 de agosto de 2013

Gracias compañero


Francisco Aledo Monzó, creo que te llamabas así. Bueno, en realidad, seguirás llamándote así. No sé si te acordarás de mí, pero, por si acaso, te lo voy a recordar: soy Belmonte, uno que jugaba mucho al fútbol pero que no jugaba con los chulos que fumaban, sino con los malos que nos negábamos a pasar por el aro de ir de machotes y de modernos. Sí, en los Maristas de la Fuensanta de Murcia, sí. ¿Me recuerdas o no?. Espero que así sea porque yo sí me he acordado bastante de ti durante todo este tiempo. Eras buen chaval. Con un poco de sobrepeso, con gafas, bastante moreno y algo tímido, sobre todo con las chicas, pero buen chaval al fin y al cabo. 
Y tú, si algún día, por hache o por be, lees esté relato, te preguntarás: ¿Por qué coño se acuerda este tío tanto de mí? Pues te lo voy a explicar tal y como se lo he explicado hoy, en una reunión de trabajo, a un grupo de compañeros.
Me he tomado la libertad de explicarles que yo nunca he conseguido estudiar, y que todo lo que sé te lo debo a ti y no a las descomunales cuotas mensuales que pagaba mi padre a los curas para que le dijeran, en la única ocasión que fue al colegio a no sé qué, que yo, sí quería, podría tener una cadena de restaurantes, cuando a lo único que llegué, como muchos de nosotros -no sé si recuerdas- es a tener varias cadenas de retrete que arrancábamos de cuajo para lucirlas como collares cuando acabamos octavo de E.G.B. Sí, sé que es mucho decir, pero sino llega a ser por ti, sabría aún mucho menos de lo que sé. Bueno por tí y por Enid Blyton que con sus aventuras de Los Cinco que me prestabas me metieron en la sangre el gusanillo de la lectura.
Ese gusanillo que me metiste, Paco, ha conseguido que mi educación, a pesar de no ser académica, nunca cesé. En mi casa hay más libros que en la biblioteca de Alejandría, e inclusive, como podrás apreciar, estoy intentando aprender a escribir, que ya sería la hostia sin haber aprobado ni la secundaria.
Amigo Paco, ¡qué tiempos aquellos!: ¿Recuerdas el viaje de estudios a Mallorca? A mi sólo me dieron dos mil pesetas, que fundí a las primeras de cambio, y sino llega a ser por tu generosidad me hubiera aburrido como una ostra. 
Qué pena, Paco, y pensar que después de aquello ya no nos hemos vuelto a ver. ¿Cómo estarás? ¿A qué te dedicarás? Aunque tengo que reconocerlo: he cotilleado por Internet y por Facebook y uno que dice llamarse como tú -y que también es de Murcia- pone que es abogado y procurador. Amigo Paco, de ser ciertas mis pesquisas, tú sí que has crecido y evolucionado por lo suyo, como es debido, y fíjate, yo en cambio, sino llega a ser por ti, estaría aún poniendo cafés con leche y ensaimadas y soñando con tener, algún día, esa cadena de restaurantes o quién sabe si peor.
¡Qué importantes pueden llegar a ser los buenos amigos!
Gracias por todo Paco. Si no llega a ser por ti...

2 comentarios:

  1. Para mi la amistad no existe pero la manera en que la cuentas y enarbolas hace que posiblemente la fe en este sentimiento trate de renacer gracias José.

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  2. Muy bueno Pepe, ke buenos libros aquellos de los cinco, ke cantidad de aventuras. Leer nunca, nunca esta de mas, al contrario hasta te ayuda a comprender bien numerosas situaciones y cosas. Saludos desde CT

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