domingo, 20 de julio de 2014

El hombre vertical


En Italia, se conoce como hombre vertical a un hombre recto, cumplidor y formal. Lo curioso es que en lugar de expresarlo en italiano lo dicen en castellano cuando esta no es una expresión que usemos en España. En realidad, en su origen, es algo así como un injerto idiomático o como una ortopedia lingüística. 
Sea cual fuere el origen o la razón para que los italianos se refieran a la figura del hombre vertical como un tótem de la masculinidad, yo quiere enfatizar en su lado plástico y estético.
El hombre vertical me suena a novela, a película, a cuadro, a escultura de Modigliani, o, hasta si me apuran, a anuncio circense: Con todos ustedes...¡ratatachán!: ¡El hombre vertical! Y saldría Pau Gasol, a la pista central, con sus dos metros y trece centímetros.
En sí misma, la denominación hombre vertical es inspiradora, tiene fuerza, atracción e intriga. Tanto por lo de hombre, como por lo de vertical. En la actualidad son dos valores en tela de juicio: la masculinidad como género, y la verticalidad, si entendemos verticalidad a la aspiración a conseguir el crecimiento personal y alcanzar grandes metas intelectuales o espirituales. Aunque, a decir verdad, la intelectualidad y la espiritualidad, no viven sus mejores tiempos.
Como se puede apreciar, el concepto de hombre vertical nos mete de lleno en la metafísica como un niño, a poco que nos descuidemos, nos mete en un charco.
Yo aspiraba a ser un hombre vertical y, en el intento, me he transformado en un devaluado e insignificante hombre orondo.
El hombre orondo es, por consiguiente, la consecuencia palpable de la pérdida de la verticalidad. Si abandonamos el instinto de seguir creciendo y evolucionando, sufrimos, rápidamente, una metamorfosis kafkiana hacia el conformismo y la autocomplacencia. 
La verticalidad, vista como una forma de trascender en la vida, da como resultado hombres perfectos, pulcros y modélicos. Lo de si van depilados o no, o lo de crear marcas de calzoncillos con su nombre, eso ya es otra historia. 
Me ha gustado esto del hombre vertical. Lástima que la figura ya no me acompañe demasiado.

9 comentarios:

  1. Muy buena reflexión. Todos somos un poquito verticales, en el fondo. Un abrazo, S.

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  2. Siempre hay que seguir creciendo y evolucionando, por supuesto, no hay que estancarse. Pero lo de perfectos, pulcros y modélicos...ufff. Perfectos? no se equivocan nunca? siempre tienen razón? pulcros? ya no juegan en un sitio donde hay algo de tierra por no mancharse? Módélicos? siguen siempre un mismo orden?...que aburridos estos hombres no?...Bueno verticales pero flexibles vale? si un día se tuercen un poco pues no pasa nada, luego ya recuperan la verticalidad...
    Siempre te leo en el movil, hoy lo he hecho en el ordenador y me he enrollado y esto no se si me ha quedado muy rollo. Un abrazo

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  3. Conchy, me apunto contigo a la flexibilidad. Un abrazo vertical.

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  4. Me recordaste a un cuate que tuve algún día (un cuate es un amigo), escribía y pintaba. En sus teorías pictóricas o decorativas si lo prefieres, solía decir que el modo de orientar un cuadro, un dibujo, una obra, era como se mostraba en arte, el estado metafísico, es decir, emocional y psicológico de nuestro inconsciente. Si un cuadro está orientado a lo vertical, es lo espiritual que te ha guiado para hacerlo así, y el pintor ha seguido sus impulsos espirituales. Si por el contrario, su orientación es vertical, el agente que domina es la materia. Cosas así solía instruirme mi amigo. Luego salió mal conmigo porque después de mandarme un libro llamado "las voces del desierto" del cual me pidió, casi exigió explicación al final de la lectura, y mis respuestas no le convencieron porque esperaba una especie de actitud mía que no sé dar a nadie, la del discípulo con el maestro. Quizá sintió que mi actitud de igualdad era demasiado. Pero en fin.
    Mira que me has puesto a recordar...
    Pero no me lo creo del todo eso de que no eres nadita vertical, todos tenemos nuestros momentos.

    Saludos.

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  5. ¿No te paso mi comentario? :( y yo que me explayé con una anécdota.
    Bueno, lo que cuenta es que todos tenemos momentos de verticalidad y otros de eso que presumes ser tú, que a la mejor yo soy más.

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    1. Muchas gracias, Beatriz, por dedicarle unos minutos a mi no verticalidad. Siempre tuve más de Sancho Panza que de Don Quijote. Saludos.

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  6. Oh, cuántos errores, lo siento, era "si por el contrario, la orientación es horizontal, es la materia el agente que domina esa obra"

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