sábado, 4 de julio de 2015

Parecidos



-¿Usted es José Mota? 
-¿Quién, yo?
-Sí, usted.
-¿Usted me ve algún parecido físico con ese señor?
-Es que no veo bien. Se me han roto las gafas. Mi primo, que está gordo como una croqueta de Alcafrán, se sentó el otro día encima de ellas y me las reventó.
-¿Y también le falla el oído?
-Sí, en ocasiones, escucho voces.
-¿Qué tipo de voces?
-No sé, yo creo que son voces del más allá.
-¿Más allá de dónde?
-Más allá del tabique de mi casa. O sea de los vecinos.
-¿Y qué es lo que escucha?
-Mucha onomatopeya y los Cuarenta Principales, entre toma y toma.
-¿Y cuántas tomas al día, más o menos? Más que nada por hacer un cálculo...
-Pues entre tres y cuatro tomas al día. Y a veces más. Están recién casados...ya me entiende.
-¿Y cómo lo va llevando?
-Ahí vamos...el psicoanálisis me está ayudando mucho.
-¡Quién lo diría!  
-¿Y usted no está casado?
-¿Quién yo?
-¡Pues claro! ¿Estoy hablando con usted o con su vecino?
-Mi vecino no da ni el habla. Está en las últimas. O bueno, ya ni está...
-¿El recién casao?
-Sí, claro, el mismo.
-¿Y cómo lo sabe?
-Ayer bajó la basura, arrastrando los pies, con la cabeza gacha. Yo lo miraba sin querer mirarlo desde el portal. Después de la cena siempre tengo muchos gases y bajo al portal a liberarlos. Y en esas estaba cuando lo ví, ¿sabe usted?. Llegó frente al contenedor. Abrió la tapa de par en par. Dejó la bolsa de basura en el suelo. Se inclinó sobre el contenedor. Se metió dentro y cerró la tapa. 
-¿Y dejó la basura afuera, en plena calle?
-¡Pero hombre! ¿Qué importancia tiene la basura? ¿No es más preocupante ver cómo tu vecino se siente un detritus?
-Visto así.
-La cuestión es que me acerqué al contenedor, levanté la tapa y ahí estaba él, en posición fetal, rodeado de bolsas de basuras pestilentes. Y fue cuando le dije -vecino salga usted de ahí, por el amor de Dios.
-No me atrevo. Déjeme morir, se lo suplico.
-¿Pero por qué dice usted eso, recién casado como está?
-Recién casado no, que ya llevamos siete semanas. He perdido doce kilos y hasta las ganas de vivir.
-¡Venga hombre! Salga usted de ahí. ¡No será para tanto!
-No, no y no -dijo él. A todo esto llegó el camión de la basura, levantó el contenedor y se lo tragó.
-¿Y qué hizo usted?
-Pues lo normal en estos casos, fui a darle el pésame a la familia.
-¿A su mujer?
-No a la suya...¡Pues claro, coño, a su mujer!
-¿Y qué pasó?
-Me invitó a pasar.
-¿Y?
-Lo hicimos. Sí. Lo hicimos y mucho. En cantidad, como si no existiera el mañana. Con mucha ansia.
-¿Y no sienten remordimientos?
-Yo no. Y ella creo que tampoco. Al parecer es el sexto marido que se le marcha por la puerta falsa. El anterior a este saltó por el balcón desde un noveno piso.
-¿Y no siente usted miedo?
-No amigo. Yo no me pienso casar con ella. Nunca he creído en el matrimonio.
-¿De verdad que usted no es José Mota, el famoso humorista?
-Qué más quisiera yo, ¡soo mugroso!

3 comentarios:

  1. ufff! humor, humor y más humor. Buena forma de hacer sonreír empezando el día, sobre todo en un día nublado y 4 de Julio en USA.

    Feliz fin de semana.

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  2. jajajajajajajaja amigo la verdad que para ser miope ve mucho mas de lo que se cree, será que todos tenemos algo de miopes, vaya historia José increíble como siempre.

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  3. Madre mía ajajajaaj menos mal que estas en el club de los no desesperados jajaja tan impensable la risa.... Abrazos .

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