jueves, 14 de mayo de 2015

Por un puñado de votos


En campaña electoral todo es posible, como en el viejo anuncio de Titanlux. Los políticos pierden el sentido del ridículo, si es que alguna vez lo tuvieron, y hacen jaimitadas, sin lastima ninguna, para beneplácito de los periodistas, siempre ávidos de fotos con enjundia, y de los humoristas, a los que se les facilitan sobradamente sus guiones.
Para su defensa les diré que, en la mayoría de los casos, algunos lo hacen con una naturalidad digna de cualquier actor de Hollywood, cosa que tiene su mérito, todo hay que decirlo. Tal vez, para muchos de ellos, esa sea su verdadera vocación: el mundo de la farándula
Aparentar y ocultar. Aparentar servicio público y ocultar sus tejemanejes espurios y sus productivos viajes a Suiza, o a Andorra, con cargamentos en efectivo de diversa procedencia y para dudosos e inconfesables fines. Cámara y acción. Abracadabra. A la de una, a la de dos, y a la de tres...
A nosotros, a los votantes, a los mortales de a pie, a los paganinis, siempre nos ha tocado el papel de espectadores, de palmeros, de hoolingans enardecidos ante las arengas de nuestros adorados y sacrificados líderes que tanto velan, y se desvelan, por nuestro bienestar y nuestro futuro.
En campaña todo se eleva a la décima potencia. Los actos adquieren, a propósito si cabe, mucho más despropósito. Las parodias tienden a acercarse a lo sublime, y, para ello, no escatiman en inspirarse en los Monty Python, o en Mr. Bean, y gente así, de ese nivel. En gente que sabe de la cosa. No escatiman en asesores.
Soy de los que opinan, aunque todo esto que les escribo haga parecer lo contrario, que de no existir estas campañas electorales tan rocambolescas y tan patéticas, habría que inventarlas.
El circo democrático requiere de estos eventos cada cierto tiempo. Ya suena la música. Ya redoblan los tambores. ¡Arriba el telón!.

3 comentarios:

  1. Es un asco el tiempo electoral, el antes y el después...
    Besos buen fin de semana

    ResponderEliminar
  2. Una comedia que a pasar de sátira no causa risa, es un tipo de ridículo que indigna, pero a veces uno se acostumbra a lo que no debiera. Buena suerte con eso, acá es lo mismo, una batalla campal de suciedad entre los candidatos. Los medios de comunicación encantados.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Esa es la belleza de la politica, el don que no todos tienen de actuar siempre como honestos y evitar que de vez en cuando la mascara se caiga y es cierto es tan bien montado que esa obra la vemos cientos de veces en todo el mundo....................kathy

    ResponderEliminar