Hoy, en nombre de mi madre y de toda mi familia, quiero agradecer el apoyo ofrecido por la nueva doctora que esta atendiendo a mi madre. Cuando todo apuntaba a un indeseado traslado al Hospital San Carlos, la doctora, en un acto de escucha y comprensión hacia mi madre, que le honra, nos ha permitido permanecer en el Hospital Morales Meseguer y nos ha asegurado que va a ordenar que intensifiquen su rehabilitación y sus cuidados.
No he podido evitar emocionarme por el simple hecho de sentirme escuchado y comprendido, y si, en realidad, esos cuidados se llevaran a cabo, como así parece que va ha ser, esta doctora va a conseguir que recupere cierta credibilidad y confianza hacia el sector médico.
Luego, me he ido a trabajar y me he perdido algo en lo que llevaba soñando hace mucho tiempo: los primeros pasos de mi madre.
El fisioterapeuta con ayuda de un andador la ha conseguido levantar y que diera sus primeros pasos, para nosotros de mucho más valor histórico que los que diera el mismísimo Neil Armstrong cuando pisó la Luna.
Me los he perdido yo, pero los a disfrutado mi padre, que bien merecido se lo tenía el pobre, después de todo lo que esta apoyando desde el primer día.
Ahora tengo que aprovechar este tiempo extra, que nos ha concedido la doctora, para intentar adaptar la casa de mi madre lo antes posible a su nueva realidad. Ojalá me dé tiempo a todo.
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