martes, 26 de mayo de 2015

Tatuajes


-¿Qué quiere que le dibuje, señor? -Dijo aquel hombre tatuado hasta las orejas, la cabeza totalmente rapada, el rostro lleno de piercing, y que al mirarle a los ojos me produjo un escalofrío.
-Voy a querer un colibrí -dije con cierto temor.
-¿Un colibrí? -preguntó con sorpresa el artista, poniendo cara de angustia.
-Sí, ¿algún problema?.
-No, nada que ver. Tan sólo que no le veía a usted mucho de colibrí.
-¿Y de qué me veía, a ver?.
-No sé, ahora que lo dice, no le veo a usted de nada. De hecho, nunca hubiera pensado que un hombre de su perfil quisiera hacerse un tatuaje.
-¿Y cuál es mi perfil, si se puede saber?.
-No sé... a usted le veo como un hombre clásico. Un hombre normal -se justificó el tatuador.
-Me quita usted un peso de encima. Ya pensé que parecía algo raro.
-No todo lo contrario. Pero lo del colibrí lo veo un poco de gay. ¿No será usted gay, verdad? -preguntó descaradamente aquel tipo mientras preparaba sus herramientas como un viejo sacamuelas.
-¿Y sí lo fuera, qué pasaría? 
-Pues... soy objetor de conciencia, y no atiendo a homosexuales, lo siento mucho -respondió el homófobo, regalándome una sonrisa burlona. 
-No, yo no soy homosexual, pero usted no me va a hacer ningún tatuaje, se lo aseguro -le respondí elevando el tono de voz. Ahora lo comprendo todo... lo de su esvástica no va en broma.
-No, no va en broma, mariconazo. Y si no sales en dos segundos de mi taller, te meto mi bota por el culo y te lo reviento.
No dije nada, me pareció inútil. Así que recogí mi chaqueta y, tras tropezar en el tope de la persiana del local, fui tranquilamente andando hacia la gasolinera en la que habitualmente suelo repostar. A cada paso que daba, mi rabia y mi odio se iban acrecentando. Mis tiempos de militante ecopacifista quedaban ya muy lejanos. Incontroladamente, regresaron a mi mente imágenes del ataque de un grupo de cabezas rapadas que dejaron, para siempre, en silla de ruedas a mi amiga Lucía. La golpearon con una bate de béisbol sin que los demás pudiéramos hacer mucho por evitarlo. Aquél tatuador, sin duda alguna, era uno de ellos, y yo, ya hace mucho tiempo que dejé de ser un asceta y de poner la otra mejilla.
Lo que sucedió después no sé muy bien cómo se gestó en mi cabeza. Nunca antes me había pasado algo así. Jamás me hubiera imaginado a mí mismo haciendo todo lo que acabé haciendo aquel día.
La cuestión es que compré un pequeño candado por tres euros y una botella de cerveza de litro. Llené una botella de plástico de gasolina super. Cogí del cuarto de aseo abundante papel de manos. Lo metí todo en una bolsa, intentando no llamar demasiado la atención, y regresé tranquilamente hacia el taller de tatuajes mientras, por el camino, daba buena cuenta de la cerveza.
El resto fue rápido. Hice una gran mecha con el papel de manos. Lo introduje a presión en el cuello de aquella botella de cristal en la que previamente había depositado la gasolina. Encendí la mecha. Abrí la puerta de aquel local de mala muerte, y arrojé esa especie de cóctel molotov improvisado contra aquel nido de cucarachas. En apenas un segundo todo comenzó a arder. Bajé la persiana y, con una rapidez que no reconocía en mí, coloqué el candado y me marché. Mientras me alejaba creo que alcancé a escuchar gritos, pero no tengo muy claro si procedían del artista o de la gente que se empeñaba en socorrerlo para que no quedará asado como un pollo rustido. 
Me daba igual. Tan sólo pensaba en Lucía. Ellos no nos dejaron socorrerla mientras se retorcía en el suelo hasta que sus piernas dejaron de moverse. 
A veces, los días no se parecen en nada a lo que previamente teníamos planeado. Yo, aquel día, dejándome llevar por el romanticismo, pretendía tatuarme un colibrí en el pecho. Pero las cosas no salen como uno quiere. Ni mucho menos. Al final, como es obvio, no me lo pude tatuar y, a día de hoy, se me han quitado las ganas. Hay cosas que tienen su momento. De hecho, creo que todo tiene su momento.


9 comentarios:

  1. José sabias que el colibrí es un mensajero y guardián del tiempo? y en verdad la simbología escondida en tu relato es sencillamente magistral y si a un para un simple tatuaje, para una amor de años, para un viaje, un paseo por el parque para todo aquello simple y complejo TODO TIENE SU TIEMPO........Te felicito José cada vez que te leo me convenzo del talento que tienes................................kathy

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  2. Una vez me dijeron que las aves emigran pero los colibríes no,aunque sean esporádicos e inusual verlos dicen que son de buen augurio ver uno, yo no descartaría una posibilidad de dejarlo permanente en mi..

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  3. Uno no es lo que piensa , si no lo que hace . Yo no hubiera echo lo mismo , pero si lo hubiese pensado también.
    Siguen haciéndome estrujarme la mente tus relatos.

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  4. El fuego de cada uno no se apaga con fuego, igual que la rabia no se paga con rabia, en muchos momentos somos seres irracionales lo cual no significa que tengamos la necesidad de actuar irracionalmente. Por eso lo mejor es respirar hondo y pensar en una manera de desbloquearnos. En esta vida no todo sale como esperamos muchas veces.

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  5. Don José, cuando estuve en la armada, en Turquía me tatué "Recopla" , menos mal que no paso primero un Judío o Americano que lo echasen.
    Buen relato.

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  6. Yo tengo tatuada una mariposa azul. Bsss

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  7. solo una vez en la vida he tenido un colibrí tan ,pero tan cerca que estaba asustada, porque no podía distinguir que era ! son tan pequeños pero tan fuertes y rapidos! cuando caí en la cuenta de que era un colibrí me maraville tanto ... es algo que quedo en mi memoria.fue un momento de sueño, son hermosos.

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  8. Hay veces que te llevas muuucho tiempo pensando hacer algo y llegado el momento,sale lo contrario, lo inesperado....
    Cada vez eso de tomarse la justicia por su mano, es mas justificable...ya que ni la justicia legal la hace, ni el tiempo ese que dicen que acaba haciéndola, lo pone todo en su lugar.
    Besos buen fin de semana

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  9. Hay José acaso es que la justicia humana existe? la justicia no existe amigo, existe para el abogado, tinterillo, leguleyo aquel que pueda poner lo escrito en un papel a su favor, pero la justicia es según con el cristal con que se le mire................kathy

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