Los pasados días 22 y 23 de marzo en la población portuguesa de Portel, en el precioso Alentejo, tuve la suerte de poder impartir un curso de motivación para un grupo de comerciales españoles y portugueses. La formación se llevó a cabo en el hotel Refugio da Vila, una antigua casa señorial situada a los pies de un impresionante castillo medieval. En total eramos veinte personas con ganas de encontrar nuevas claves para seguir avanzando, pese al escenario adverso en el que nos esta tocando trabajar en los últimos años.
Españoles y portugueses nos encontramos igual de inmersos en esta crisis económica. Nuestra actitud debe evitar que esa crisis financiera contagie e invada nuestro trabajo de cada día. Si nos dejamos arrastrar por ese torbellino de pesimismo nuestros clientes se van a continuar contrayendo y nosotros con ellos.
Hemos descubierto la necesidad, durante la formación, de convertirnos en parte activa de la recuperación de nuestros clientes. Nuestras ideas y nuestra experiencia deben ser el motor que los oriente hacia la recuperación. La crisis económica no puede, ni debe, convertirse en una escusa para retroceder en calidad de servicio y en capacidad de innovación. Sólo siendo los mejores tendremos asegurada la salida de esta crisis.
Entre todos nos hemos dado cuenta de que podemos y debemos ayudar a cambiar la actitud de nuestros clientes, generándoles nuevas expectativas e implicándonos mucho más con ellos. Vamos a intentar romper sus bloqueos, y los nuestros, aportándoles nuevas iniciativas que les ilusionen.
La convivencia ha sido fantástica. El idioma no ha sido una barrera sino, más bien, un acicate para esforzarnos en la compresión de los problemas y las necesidades de unos y de otros.
Somos conscientes de que tenemos que esforzarnos más. Somos conscientes de que tenemos que convertirnos en el segundo motor de los negocios de nuestros clientes, sólo así, seremos capaces de conseguir nuestros objetivos.
Me he esforzado, en estos dos días, en hacerles reflexionar, demostrándoles de todo lo que son capaces, incluso cuando, algunos de ellos, no eran muy conscientes de su propia valía.
El trabajo, en tiempos de crisis, es un acto de heroísmo.
Y tu cual caballero con brillante armadura no te detienes en tu empeño de demostrar que es con ganas y como diríamos acá berraquera como se sale adelante, bien por esa jose que vas por la vida dejando huella de seguro que estos portugueses se acordaran de ti cada vez que las cosas vayan bien y cuando vayan mal también te recordarán pero para salir a buscar las soluciones.
ResponderEliminarÉ sempre um prazer aprender contigo, en nome da minha equipa agradeço todo o teu esforço e empenho, um forte abraço
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