martes, 24 de abril de 2012

¿Se dijo lucha o ducha?



Hace unos días solicité a mis responsables de zona un informe para poder analizar mejor los resultados cosechados, por los diferentes equipos de trabajo, durante este primer trimestre del año, y la verdad sea dicha, algunos de estos informes desinforman más que informan. Parece que están escritos para despistar más que para aportar.
Conforme iban llegando a mi correo me fui aprovisionando de kleenex, ya que soy muy propenso a moquear y tengo la lágrima fácil. 
Aún a riesgo de generalizar, la mayoría de los informes me resultaron tan monótonos y tan vacíos de contenidos y de sensaciones como la pintura de  Sean Scully que estos días se expone en el palacio imperial de Carlos V de Granada. Sí, alguno de ellos, fuera el vendedor que atiende mi negocio no le compraría ni el palo de una escoba.
Tras leer y releer los tristes y vacuos informes estuve, por un momento, barajando la posibilidad de tirar la toalla, pedir asilo político en Costa Rica y dedicarme a promocionar el turismo ecológico a gran escala (por lo que dejaría de ser ecológico). También barajé la posibilidad de quemarme a lo bonzo, pero desistí de inmediato porque padezco cierto grado de pirofobia, desde que, siendo niño, en Vistalegre, mi barrio de toda la vida, un niño hijodeputa tres años mayor que yo, al que llamaban Antoñito Bar, me apagara una colilla en el cuello.
Puede que me sienta extraño. Esperaba mucho más de mi equipo directivo. Estos simples informes evidencian mi incapacidad para mejorar los resultados y las capacidades de estos líderes, que, al parecer, en algunos casos, lideran más por rutina que por devoción. Mi estrategia no sirve de mucho, o de nada, con gente insensible a la ilusión y a las metas.
Nunca he conseguido nada que no me ilusionara conseguir. Nunca he querido nada que me dieran hecho. La gente que no disfruta con los retos es más apropiada para hacer bulto, pedir mejoras y poner excusas que para liderar equipos de trabajo.
En esa lectura surrealista, me confundí entre los que escribían lo que yo quería leer, los que escribían lo que no se podían callar y los que directamente, por no disimular, hacían escribir a los demás para escurrir el bulto hasta el último momento. 
Algo falla. Tengo clarísimo que algo está fallando en todo este engranaje que he intentado construir en todo este tiempo. Las líneas maestras que tanto trabajo me han costado trazar se desdibujan, en un plis plas, entre esos informes escritos al despiste con premeditación y alevosía.
¿No nos importa nuestro trabajo? ¿No somos suficientemente conscientes de la gran responsabilidad que tenemos en este momento? ¿Pensamos que esto es un juego de niños? ¿Donde queda la dignidad, cuando somos capaces de entregar un informe que no serviría ni como papel higiénico?
Si los directivos somos así:¿Cómo serán y como pensarán nuestros comerciales?¿Cuales serán sus motivaciones?
Una y mil veces hemos hablado de la necesidad de trazarnos un plan, un camino por el que transitar cuyo único objetivo sea alcanzar nuestras metas.
Pero esos informes evidencian, de manera clamorosa, una falta de planes y una enorme apatía hacía la movilización y hacía la lucha.
En los momentos que corren de nada sirven los paños calientes, de nada sirven las sempiternas justificaciones, lo único válido, hoy, es la entrega y la lucha al cien por cien. De lo contrario, nuestro esfuerzo de tantos años, se puede quedar en nada. Como en nada se pueden quedar nuestros sueños.
Queridos compañeros o salimos a comernos el mundo cada mañana o el mundo, despiadadamente, nos comerá a nosotros. Aunque no os lo creáis,  a alguno se lo puede tragar con el sofá y todo, como aquellas anacondas gigantes que se tragaban a los caballeros españoles hasta con el caballo sin necesidad de sal de frutas.
La solución está escrita: programa, programa y programa. Si no lo tenéis claro os lo volveré a explicar. 

2 comentarios:

  1. Espera a que te llegue el mío, la emoción y la taquicardia están aseguradas... Tomo la parte que me toca, para hacerla mía y regresarla por mil. Un abrazo. La súper.

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  2. Querido amigo, mi opinión es que si te enviaron unos informes vacíos donde no explicaban nada, devuelvelos para que te hagan bien especificado y claro, sin tantas morisqueta que no llevan a nada y no dicen nada... y si tu subalternos no sirven para aumentar tus expectativas, ponle mano dura... es decir en 3 y 2 como se dice en Venezuela, o se ponen las pilas y se encaraman en la batea, o se quedan atras lastimosamente, y cuando una empresa no cuenta con personal que desee o tenga motivo de poner a flote la organización que le da de comer, es mejor prescindir de ellos, que otros que necesiten un buen empleo le pondran más empeño...

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